Amiga,
que el viento se lleve tus penas
y deje paso al calor del sol.
Al menos durante un rato,
que se las lleve ¡bien lejos!
para poder abrazarnos tú y yo.
Que juntas busquemos consuelo,
que en vez de penas, el viento
nos devuelva ilusión,
por un cambio, por un futuro,
con un guiño de la Fortuna
que borre tu desazón.
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