domingo, 14 de marzo de 2010

Yo confieso

Compañero:

Pude empezar esta nota con cualquier otro calificativo, amigo, esposo, amante, pero compañero reúne todas y cada una de las facetas que hacen que mi mirada mantenga el mismo brillo que la primera vez que me besaste. Hace ya tiempo de aquello, ya encauzamos aquella pasión inicial que nos llevaba a escondernos en las esquinas para encontrarnos sin cansarnos. Hace tiempo también que nuestros caminos son uno con sus curvas y sus quiebros. Compañero de viaje, de deseos, de anhelos. Compañero de lágrimas, compañero de fatigas, compañero de alegrías y esperanzas.

Después de todos estos años te debo varios “lo siento”, algún beso negado, tres o cuatro “llevabas razón y me puse terca” y probablemente algún “te quiero” en voz alta. Supongo que aquí busco compensarte o quizás es que llegó la hora de gritar, en papel y pluma (aunque sean virtuales), que eres el pilar de mi vida. No sé nada más que la vida, si no es a tu lado, sigue siendo vida, pero mustia y marchita. Así susurro mi ruego para ese San Valentín que protege enamorados: que nos otorgue una larga vida juntos, compañero; que nos permita seguir mirándonos a los ojos y vernos realmente como siempre hemos hecho; que avancemos sorteando alegrías y penas, navegando juntos al ritmo que nos marque el viento.

2 comentarios:

  1. Una hermosa declaración de amor!!! FELICIDADES!!!

    ResponderEliminar
  2. Cuántas veces hemos querido decir lo mismo y no nos han salido las palabras. Gracias, Montse, por ponérnoslo más fácil. Y adelante con tu fantástico blog.

    ResponderEliminar