lunes, 26 de noviembre de 2012

Un cuento entre todos

Este cuento está inspirado en un juego que practicamos en casa. Mi hijo mayor y yo nos inventamos un cuento juntos, sobre la marcha, narrando cada uno una frase o un trozo. Uno de nosotros, cada vez.

Así que... 
Para mis hijos.

Hace muchos muchos años, en una pequeña aldea, vivía una mujer que se dedicaba a contar cuentos cada noche a los niños del lugar.

Justo después de que el sol desapareciera tras las montañas que se divisaban en el horizonte, los niños se iban reuniendo en torno a una hoguera que ella encendía para las frescas noches.

Todo el pueblo esperaba impaciente la cita nocturna diaria, mayores y pequeños sin excepción. La cuentacuentos era magnífica y sus historias nunca defraudaban. Sabía cientos de historias: alegres, tristes, cómicas, de miedo... todo cuanto se pudiera imaginar estaba en la mente y los gestos de la mujer. Cuando comenzaba a sonar su voz, con la primera frase, se paraba el tiempo y no volvía a correr hasta que no se oía la palabra"fin".

Así noche tras noche, semana tras semana, estación tras estación, cada año.

Hasta que una noche en la que todos le esperaban en el corrillo junto al fuego, se dieron cuenta de que no aparecía. No era normal que se retrasara, nunca había llegado tarde a su cita.

De pronto, sintieron una sombra y la mujer apareció, cabizbaja, frotándose las manos nerviosa. Preocupada les dijo que llevaba todo el día intentando pensar un cuento sin que se le hubiera ocurrido ninguno. -" Hoy no hay cuento" - susurró. - "No he conseguido pensar en ninguno a pesar de que llevo esforzándome durante todo el día".

La aldea entera allí reunida comenzó a murmurar. ¡Era una catástrofe!. ¡Una noche sin cuento para todos! pero si su imaginación parecía inagotable.

Ella se sentó silenciosa y permaneció callada durante un buen rato. Nadie se atrevía a moverse. Nadie se quería marchar. ¿De verdad se quedaríam sin cuento? ¿Qué pasaría a partir de ahora?, ¿Qué pasaría esa noche?

Cuando la cuentacuentos levantó la cabeza vieron un brillo especial en su mirada mientras una pequeña sonrisa asomaba tímida en su boca. "Ya sé, les dijo, "ya sé lo que haremos esta noche. El cuento nos los inventaremos entre todos". 

Miró a un niño y le pidió: - "Por favor, comienza tú el cuento. Dinos una frase, la primera". Y luego en voz alta a todos les explicó: - "Después de él, en orden, cada uno de vosotros seguirá el cuento, con una frase, una escena o lo que se le ocurra. Yo también participaré y así tendremos cuento y este cuento será especial porque será de todos y para todos".

Hizo un pequeño gesto de ánimo al niño y una voz infantil comenzó:

- "Erase una vez...."


.... y este es el juego al que tú y yo jugamos muchas noches cuando nos vamos a dormir... 

Y este es el juego al que jugaremos cuando tu hermano crezca un poco más y se nos una.

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