miércoles, 27 de mayo de 2009

El camino de la vida

La vida como un camino para recorrer y aprender conforme andas. Las cosas positivas ganan siempre y convierten a la vida en una aventura, un camino que merece la pena a pesar de las piedritas que te puedes encontrar en el mismo. Un camino es largo y sinuoso, cambiante, con altos y bajos, curvas y grandes rectas, con paisajes diferentes.

En ese camino encuentras grandes árboles que te dan sombra fresca los días calurosos, te arrullan con sus hojas si quieres dormir un rato y te protegen con sus ramas de una tormenta de verano. Los grandes árboles de nuestro camino son la gente importante en nuestra vida, nuestros abuelos, nuestros padres, grandes pilares en nuestra existencia que dejan huella... árboles que llevaban ya mucho tiempo en la senda, que conocían el camino y sus curvas y recovecos. Han visto pasar muchas estaciones, mucha gente y muchas cosas y los anillos de sus troncos son la demostración de toda la sabiduría acumulada con el tiempo. Son fuertes y sabios, son refugio necesario.

En el camino también aparecen, sobre todo en primavera, flores que surgen de improvisto, donde menos las esperas. Frágiles y pequeñas hay que cuidarlas y disfrutarlas, en toda su belleza. Esas florecillas son las cosas inesperadas de nuestra vida, a veces pequeñas, minúsculas, pero no por ello menos hermosas. Hay que mimarlas y protegerlas, para que no se pierdan, y no olvidarlas, porque nos hacen la vida más feliz y pueden alegrarnos en un día lleno de nubarrones.

Además de flores y árboles a veces en el camino se posan diferentes pájaros. Son muy distintos entre si, unos de brillantes colores, grandes, pequeños... Algunos llegan y se quedan en el mismo sitio, otros te acompañan en tu camino algún tiempo y otros vienen, se posan unos minutos pero se van. Los pájaros son los amigos. Puedes tener amigos muy distintos, unos callados, otros graciosos, otros fuertes, otros valientes, unos se quedan contigo un tiempo pero si sigues tu caminar se despiden de ti. Otros deciden acompañarte porque siguen tu misma senda, tienen cosas en común contigo, te comprenden, te quieren, te necesitan. Otros, carecen de importancia dentro de tu vida, apenas te rozan porque no se quedan a tu lado más que lo necesario. A veces vienen en grupo y en grupo se quedan o en grupo se van, a veces vienen solos y solos se quedan o solos se van, a veces vienen en grupo y se quedan algunos mientras otros se van.

La vida es especialmente colorida y brillante porque de todo se aprende, de las curvas y de las bajadas, de las piedrecitas que se te meten en las botas y de los días grises y lluviosos en los que los grandes nubarrones ennegrecen el temple y el ánimo sin dejarte ver el cielo azul. Un cielo que sigue ahí, a pesar de las nubes y que siempre se vuelve a ver. Todo tiene un por qué, todo tiene un sentido, todo es necesario y por tanto positivo si así lo sabes ver.

2 comentarios:

  1. Te leo y te leo y cada vez me gusta más como escribes.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Es precioso, me ha encantado, no dejes de escribir Mon.

    (Irenrub)

    ResponderEliminar