Había una vez un lobito que cansado de no tener amigos y de que le culparan por todo decidió marcharse lejos del bosque.
Había una vez un bruja que una vez fue reina y hermosa, a la que no supieron entender y juzgaron sin preguntar por qué se había vuelto oscura y amargada.
Había una vez un príncipe viajero, al que querían casar a toda costa con la más hermosa e inteligente del reino más lejano sin preguntarle que le pedía su corazón ni cuales eran sus deseos más ocultos.
Había una vez un cuento con un principio y muchos finales, a gusto de quien lo estuviera leyendo. Porque igual que la vida, el libro, estaba lleno de caminos, matices y alternativas.
Había una vez un caballero harto de justas y combates y cansado de buscar doncellas en apuros, que solo quería bajarse del caballo y establecerse en su pueblo como panadero.
Había una vez una rana harta de que la besaran princesas bellas, que solo deseaba ver la vida pasar en el centro de su charca favorita.
Había una vez…… ¿habrá alguna vez?
Quizás sí haya un día donde los deseos se consigan, donde nos demos cuenta que las cosas no son ni blancas ni negras. Donde todo el mundo sienta y tenga un corazón y también un lado oscuro acompañado de una explicación y de cien motivos. Donde las circunstancias cuenten de verdad y donde unos sepan ponerse en el lugar de otro.
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