miércoles, 19 de mayo de 2010

Corazón con garras

“Yo estoy bien, tengo una familia preciosa y la vida es bonita pero también duele a veces día a día y eso es lo único que voy a permitir que me preocupe, el bienestar de mi familia y amigos.”

Mientras Raquel miraba su imagen se repetía ese pensamiento una y otra vez. Ya había perdido la cuenta de cuanto tiempo llevaba sentada frente al espejo del tocador que tenía en su habitación, cepillándose una y otra vez. En el salón resonaba la risa de su hija mayor. Estaba esperando al resto de la familia, impaciente. Hoy celebraban su cumpleaños.

Bajó el brazo lentamente, se miró una vez más, eligió unos pendientes y su mejor sonrisa y fue a buscarla. Hoy era un día feliz, para disfrutar, aparcando todas y cada una de las preocupaciones que la martirizaban de día y de noche. Hoy no, se dijo, hoy hay motivos para alegría, hoy celebramos no solo los años de mi hija, sino los años que llevo siendo madre.

Andrea se le colgó al cuello, en un fuerte abrazo, nada más ver entrar a su madre en el salón. La notó muy nerviosa y alegre al mismo tiempo. Raquel la miraba orgullosa. Cuanto habían peleado durante esos años y ahora tenía en sus brazos a una mujercita. Su niña se hacía mayor. La apretó fuerte, no quería dejarla escapar.

Sonó el timbre. Uno a uno fueron entrando familiares y amigos. Ya estaban todos. Pensó que no necesitaba nada más, que no quería más. No iba a tentar a la suerte después de tanto sufrimiento. Su hija se había ganado a pulso el goce de vivir, con cada aliento y con cada suspiro. Y ella lucharía a dentelladas si fuera necesario por su princesa; le acompañaría hasta el fin de sus días y más allá.

Todo lo demás, carecía de importancia.

4 comentarios:

  1. aquí estoy llorando a moco tendido.
    Gracias Mon.
    es precioso, emocionante, dulce y llega al corazón (como todo lo que escribes)

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  2. Una galletita dulce y crujiente, un bocado jugoso, un trocito de pastel, unas gotas de un perfume... unas letras preciosas.
    Y un beso.

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  3. Qué bonitas palabras Mon, como siempre.
    Bravo por esa mamá luchadora, incansable, madre primero y después todo lo demás.
    Y bravo por esa mujercita, que se ha ganado con creces el derecho de ser feliz y crecer con una sonrisa.

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  4. Les felicito por la descripcion que hicieron de El sonido de la hierba al crecer esta muy buena, muchos besitos y gracias a todas las que nos llega

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