miércoles, 16 de junio de 2010

Insomne

Producto del insomnio, sin duda alguna....

“La luna llora,
la luna hermosa,
la luna ya no brilla,
la luna oscura.

La noche se cierra
ya sin luna.
La lluvia repiquetea en la ventana
con soniquete constante.

Y mis ojos se abren
sin permiso,
sin cansancio.
El sueño ya no vuelve,
me levanto.”


Las seis y pico de la mañana. Hace dos horas y media que llevo oyendo el repiqueteo de las gotas de lluvia al chocar con el alfeizar de mi ventana. Un sonido que esta madrugada lejos de parecerme relajante ha taladrado mis oídos, impidiéndome dormir. Los ojos abiertos, como platos, veinte mil vueltas en la cama hasta que he decidido levantarme.

¿Qué es lo que torturaba tanto mi subconsciente que ha conseguido que me desvelara? No ha sido el ruido de la lluvia, no, ha tenido que ser algo más. Sé que he soñado pero no recuerdo los detalles. Sé que no era un sueño relajado por la desazón al levantarme.

La tortura de las noches sin dormir, de la falta de descanso, a sabiendas de que tu cuerpo responderá cansado el resto del día. Y el resto de la casa y sus ocupantes, benditos ellos, que duermen plácidamente. Y yo guardiana, por fuerza, de su descanso. ¡Cuanta paz hay en el silencio! Camino por la cocina con los pies descalzos. ¡Qué fría está la madrugada! Un café, quizás sea peor, pero su aroma y la calidez de la taza me serenan. Brindemos por mis ojeras. ¡Hora de escribir! Aunque sea una bobada.

Poco a poco la mañana va asomando al trasluz de la cortina. Amanece, comienza un nuevo día. Una noche más perdida, desperdiciada, envuelta en pensamientos sin orden ni sentido, envuelta en un manto de sueños que no me han regalado el descanso. De esta noche no pasa, una tila, antes de irme a la cama.

2 comentarios:

  1. Más bien una noche ganada si se han puesto en claro pensamientos.

    Besotes :)

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  2. Tú nunca escribes bobadas, Mon. Ay, qué largas se hacen las noches de insomnio, pero al menos a ti te sirven para crear, así que consuélate con eso. Los demás nos tenemos que conformar con la esperanza de que la noche siguiente nos permita descansar y recuperarnos.

    AB

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