Extendió sus brazos tanto como pudo para abarcar su menudo cuerpo y él se refugió en aquel inmenso abrazo. Se fundieron para ser uno. El pequeño apenas visible en el regazo de su madre. Ella con los ojos cerrados intentando guardar mentalmente las sensaciones que le regalaba aquel momento.
Quizás el tiempo comenzó a fluir más lento.
Quizás el tiempo se paró.
Quizás el tiempo simplemente dejó de ser importante y desapareció.
Un abrazo: un instante hecho eternidad.
Y de ella fluyó todo el amor del mundo, del tiempo y del universo. Y aquel cuerpecito menudo recogió toda esa energía, toda esa protección, todo ese consuelo que surgía de los brazos de su madre. Y ella sintió toda la necesidad y todo el relax que transmitía su hijo.
Y el mundo por un momento fue justo, fue bello... porque el mundo eran solo ellos y el universo entero ese abrazo.
Feliz día de la Madre
¡¡¡Precioso!!! Aquí me tienes llorando...
ResponderEliminarMe quedo con esta frase: un abrazo es un instante hecho eternidad.
Esas gotas de eternidad conseguirán cambiar el mundo, ya lo verás.
Un beso.
Cuánta ternura condensada en un texto precioso. Me encanta, corazón :)
ResponderEliminarEs precioso, me ha emocionado mucho leerlo... ahí es dónde está el AMOR, con mayusculas de las mas grandes...
ResponderEliminarPrecioso, Mon! Gracias por compartirlo puesto que es así la sensación de amor y paz que inunda y reviste el abrazo madre e hijo/a. Cuánta sensibilidad! Un gran abrazo
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