lunes, 19 de mayo de 2014

El guardián de sueños y saberes

Dedicado al Museo del libro de Burgos.


Érase una vez...

Una ciudad castellana en la que cohabitan varios museos. Suele ser lo habitual, podéis contestarme, pero en este caso, en esta vetusta y fría ciudad hay uno que al menos a mis ojos es especial. Más pequeño que los demás, más recogido que los demás. Guarda entre sus paredes tablillas, grabados y papel. Repleto de Historia con H mayúscula, de historias y de letras que son las que forman palabras y las que guardan esa "Historia con H mayúscula".

Como en todos los museos en los que os adentréis, una vez que pasas dentro, cambia la atmósfera que te envuelve con un toque de intemporalidad. El tiempo se detiene porque en su interior contiene todos los tiempos. Desde el pasado más lejano hasta el presente. Es un lugar recogido, acogedor, diferente, profundo y sabio.

Noto que empezáis a preguntaros de qué museo se trata. Hablo del Museo del libro: Desde el principio hasta nuestros días. Desde tablillas de barro a verdaderas joyas del conocimiento en papel. Guardián de mapas, de criaturas mitológicas, de flora y fauna, de cielo y estrellas, un verdadero microuniverso en sí mismo.

Durante el día, los visitantes suben y bajan sus plantas, entreteniéndose en aquellas piezas que más llaman su interés. Murmuran sus impresiones y dejan alguna frase escrita en el libro de visitas. Talleres y conferencias animan aún más su interior durante las tardes y hacen pensar en un museo siempre en movimiento.

Pero..., en todas las buenas historias suele haber un pero que hace intuir un giro y este es nuestro pero en concreto:

Como decía... pero ¿y cuando cae la noche? Nadie ha sido testigo pero se cuenta que después de oscurecer, cuando el lugar cierra sus puertas al público, la paz queda interrumpida por los objetos que la moran.

Las palabras salen de los libros y las imágenes cobran vida. Escapan del edificio y vuelan entre tejados y chimeneas. Cada una con un rumbo diferente a lo largo y ancho de la ciudad. Todas tienen un destino, entran en los sueños de los moradores de la urbe con una única misión,convertirse en en cartas, sueños, ideas, trabajos de colegio.

Quien duerme no es consciente del cambio de rumbo de sus sueños pero al día siguiente se despierta con una vitalidad que le lleva a emprender, a acometer su actividad diaria con una renovada energía, con mayor imaginación, con otra perspectiva. 

De todos es bien sabido lo reparador que resulta el sueño nocturno pero nadie sabe exactamente por qué. Yo sí y ahora vosotros también.

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