El sol ya no es el mismo

Para Pío, que yo sé por Belén, que me va a entender.

Agosto. 

Y todos hablando de lo bien que se está en verano.

Pero no. No señoras y señores, no.

No, definitivamente, no, la luz no es la misma. Ya no tiene la intensidad ni la alegría de la que nos regala el sol de Julio. Llega el quince y toda la naturaleza alerta sutilmente, como quien no quiere la cosa, de que el verano se empieza a apagar en una cuenta atrás... ¡implacable!

No, definitivamente, los días ya no son tan largos y aunque cerremos nuestros sentidos entregados al frenesí de los pequeños placeres y caprichos vacacionales, el astro rey se pone su gorro de dormir antes y se va "al sobre" antes. Minutos antes, pero antes.

No, definitivamente, la brisa ya no es la misma, es más fresca, ligeramente más fresca, pero también empieza a susurrarte en la oreja que pronto necesitarás "la chaquetita".

Amigos míos, no, definitivamente, no, agosto no es tan dulce ni sabroso como el mes de Julio lleno de promesas de un verano recién alcanzado por disfrutar.

Ay almas cándidas, que "a la de nada" nos alcanza septiembre, como podéis ver. Se presenta como un mal amigo gorrón, que se planta en la puerta de tu casa diciendo que viene para tomar un café y se queda y se queda, evidentemente sin intención de irse, hasta que te planta en la cara el cartel de "y llegó el otoño". Mira que avisa, con la famosa "vuelta al cole" con los "2 x 1" con los nuevos coleccionables en fascículos, con tormentas traicioneras que refrescan de golpe y porrazo el ambiente pero no, como no veas el 21 en el calendario aún apuras no el síndrome de post-vacaciones que le llaman, sino el de no-me-quiero-dar-por-enterado-de-que-el verano-se fue. Pero si hasta el Duo Dinámico tuvo a bien dedicarle una canción romántica. 

Y ahí está el 15 de agosto en adelante, para ponernos en guardia, para notar esos ligerillos avisos que nos obstinamos en no ver, pero estar están, como las meigas.

Pensadlo, pensadlo...